Kevin Hernández es un joven de 18 años que pese a las adversidades no ha desistido en la búsqueda de su sueño de poder convertirse en profesor.

El periodista Miguel Marroquín publicó en sus redes sociales la historia del joven quien vende atol shuco para pagar sus estudios.

Según la publicación de Marroquín, a Kevin le ayudan sus hermanos Cristian de 11 años y Mateo de apenas 4 años, el más emocionado gritando "hay shuco caliente".

Kevin es de escasos recursos económicos y está sacando segundo año de bachillerato en La Esperanza.

Con la venta del shuco saca para pagar internet y no perder sus clases, antes de la pandemia solo tenía un teléfono de "teclitas" (como él lo llama) y con el ahorro de meses logró comprar uno un poco más moderno que ocupa para hacer las tareas.

Hernández manifestó que no puede estar sentado en su casa solo viendo el celular, y que necesita salir a trabajar honradamente y así acercarse a sus sueños.

Kevin quiere sacar la licenciatura en educación pero dice que no tiene dinero para pagar toda la carrera así que de momento se conformará con estudiar el profesorado.

El joven tampoco cuenta con una computadora para hacer el examen de ingreso a la UES pero que le habían prometido prestarle una para el domingo.

"Eso me hizo reflexionar del gran sacrificio que hacían mis papás para mandarme a San Salvador a estudiar.

La verdad y por lo que conocía Kevin en una hora y media de entrevistarlo pienso que nuestra sociedad necesita más cipotes así, con hambre a un título (como me vivía repitiendo mi papá), humildes, trabajadores y con un gran amor a su familia pero sobretodo a sus sueños", reflexionó Marroquín.