Son las 6:00 de la mañana y el grito del pan interrumpió el sueño de la familia que habita en la casa 91 del pasaje principal de la colonia Monte Blanco en Soyapango. La sombra de la muerte los invadió con el suicidio de un ser querido. 

La ama de casa salió con intención de comprar el pan que a a su esposo le gustaba. De ese que le llaman menudo. Como todas las mañanas fue a buscarlo a su cuarto pero ya se había levantado, se encontraba en el patio.

Sola y sin poder hacer más, la mujer vio el cuerpo de su esposo que había puesto fin a su vida.

Raul Beltran de 71 años se quitó la vida aprovechando que su esposa estaba dormida y que su hijo había salido en la madrugada.

Beltran fue víctima de una mala praxis. Lo habían operado ya hace un año pero su herida nunca cicatrizo, tenía un agujero, padecía de mucho dolor de espalda y esto le impidió el volver a caminar. Quedó en silla de ruedas.

"Si al menos lo hubieran atendido, le hubieran aliviado el dolor, porque gritaba del dolor; hasta un brazo se le había dormido", fue lo que expresó la esposa de Beltran.

El pasado jueves 27 de agosto, al hombre se le negó atención médica en el hospital Rosales, el personal médico les comunicó fue que solo estaban atendiendo personas con Covid-19 y que no se hacían responsables de su muerte.

"Ni siquiera nos dejaron bajarlo del carro. Lo hubiesen atendido seguramente esto no hubiera pasado", lamentan.

+2