Al mejor estilo de galardonadas películas de Hollywood, Washington vivió una jornada intensa por las protestas frente a la Casa Blanca por la muerte de George Floyd en Mineapolis.

El presidente Donald Trump fue resguardado por el servicio secreto y pasó más de una hora en un bunker diseñado para emergencia y que no de usaba desde 2001.

Las luces de la oficina de Trump se apagaron ante las manifestaciones que se tornaron violentas y fueron sorpresivas para las autoridades de ese país.

Trump, que ya ha sido controversial en casos similares en años anteriores, pero sin ser presidente, ha confesado sentir miedo por su vida y elogió el trabajo de su seguridad.

Su compañera de vida, Melania, y el hijo de ambos, Baro, también llegaron al refugio subterráneo diseñado para protegerlos hasta de ataques terroristas.

Desde el domingo, el presidente no ha hecho apariciones en público, y ha rechazado la idea de un discurso para intentar calmar los ánimos.

Washington vivió la jornada más intensa en protestas desde 2001 con personas que llegaron hasta lanzar objetos contra la Casa Blanca.

La petición de la multitud es justicia para Floyd quien murió a causa de un mal procedimiento de un policía.