La hija que una niñera tuvo con un adolescente de 13 años fue utilizada como la principal prueba en contra de la mujer que es señalada por el delito de abuso sexual.

En 2017, Leah Cordice se emborrachó para abusar de un menor de edad que estaba a su cuido y al que sedujo.

La víctima señaló que Cordice ingresó a su cuarto, donde estaba jugando con sus videojuegos, y le propuso tener sexo.

La falta de protección provocó que la abusadora quedara embarazada y luego de un tiempo la madre de la víctima descubrió la situación.

Unos meses después, la mujer quedó embarazada y se casó con su pareja a quien le aseguró que la bebé que iba a dar a luz era de él.

La madre de la víctima, quien ha sido sometido a tratamientos psicológicos por el trauma, denunció el caso y se ordenó una prueba de ADN que aclaró todo.

La mujer de 20 años dice estar arrepentida de lo que hizo y lamenta que la situación la ha privado de ver a su hija.